El Pleno de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo ha aplicado la garantía de indemnidad y ha declarado nulo el despido de un trabajador con contrato temporal. El despido se produjo un día después de que el trabajador manifestara su disconformidad por la falta de pago del exceso de jornada.
La empresa alegó como causa del despido disciplinario una disminución de rendimiento, pero el tribunal consideró que la empresa no acreditó dicha disminución y que, además, el despido inmediatamente después de la reclamación impidió al trabajador presentar una reclamación judicial.
La sentencia establece que, en general, las reclamaciones internas dentro de la empresa activan la garantía de indemnidad, lo que implica que si un trabajador presenta una reclamación interna inmediatamente antes de ser despedido y la empresa no acredita incumplimientos que justifiquen la extinción del contrato, se presume una vulneración de la garantía de indemnidad.
El Tribunal Supremo argumenta que la tesis contraria, es decir, permitir que la empresa despida inmediatamente al trabajador después de una reclamación interna, incentivaría eludir la declaración de nulidad del despido. Por lo tanto, en este contexto temporal, se opera un indicio de vulneración de la garantía de indemnidad, lo que obliga al empleador a acreditar que el despido no está relacionado con la violación de un derecho fundamental.
En el caso concreto, la sentencia responde a la demanda de un trabajador de la empresa vallisoletana Miva 2011, que tenía un contrato eventual de tres meses. El trabajador había sido despedido un día después de manifestar su desacuerdo por el exceso de jornada no remunerada.
Esta sentencia del Tribunal Supremo es relevante porque establece que la presentación de una reclamación interna por parte del trabajador antes de ser despedido no puede ser utilizada como causa para justificar el despido disciplinario. Además, refuerza la importancia de la garantía de indemnidad como protección de los derechos fundamentales de los trabajadores.
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En conclusión, esta sentencia del Tribunal Supremo pone de manifiesto la importancia de la garantía de indemnidad y establece que la presentación de una reclamación interna por parte de un trabajador no puede ser utilizada como causa para justificar un despido disciplinario. Esto refuerza la protección de los derechos fundamentales de los trabajadores y promueve la justicia en el ámbito laboral.