En el mundo laboral, existen situaciones en las que una empresa puede despedir a un trabajador y posteriormente decidir volver a contratarlo. Sin embargo, esta práctica puede generar ciertas condiciones y consecuencias que es importante tener en cuenta.
Indice
Características de la relación laboral
Toda relación laboral se define y caracteriza por una serie de datos esenciales, como la antigüedad, la categoría y el salario del trabajador. La antigüedad, por ejemplo, sirve para calcular la indemnización en caso de despido, ya sea este improcedente u objetivo. Cuando un trabajador es despedido y posteriormente vuelto a contratar, el contrato de antigüedad del trabajador aparece nuevamente.
La categoría profesional define las labores que el trabajador desempeña en la empresa y, en caso de ser despedido y luego contratado de nuevo, estas funciones pueden variar dependiendo de si se le asigna una categoría superior o inferior a la anterior.
El salario, por su parte, es la cantidad bruta que el trabajador percibe mensualmente. Esta cantidad está determinada, normalmente, por la categoría profesional y el empresario está obligado a pagar una cantidad fija establecida en el convenio de dicha categoría. Esto también sirve para determinar la indemnización en caso de despido.
Estas características de la relación laboral son fundamentales, ya que definen las garantías y derechos del trabajador. Son irrenunciables, lo que significa que incluso si el trabajador renuncia voluntariamente, seguirá teniéndolas.
Posibles actuaciones fraudulentas
Sin embargo, es importante destacar que existen posibles actuaciones fraudulentas que pueden darse en este tipo de situaciones. Por ejemplo, una empresa puede volver a contratar a un trabajador con el objetivo de variar las características de la relación laboral, como la antigüedad, la categoría o el salario. Si se vuelve a contratar al trabajador en condiciones más beneficiosas, esto se consideraría un fraude y el trabajador tendría derecho a reclamar.
Otro tipo de fraude puede darse cuando el trabajador sigue cobrando el paro mientras trabaja en negro o cuando se le contrata como falso autónomo con el objetivo de capitalizar el paro. En estos casos, la empresa evita pagar las cantidades que corresponden y el trabajador no tributa por ellas.
La readmisión en caso de despido nulo
Hasta ahora hemos hablado de la contratación después de un despido. Sin embargo, esto no sucede en el caso de un despido declarado nulo por un juez o en un proceso de conciliación. En estos casos, la empresa está obligada a readmitir al trabajador y a pagarle los salarios de tramitación hasta la fecha de la readmisión. La contratación posterior a la readmisión es una continuación de la relación laboral anterior, conservando el trabajador su antigüedad original.
En el caso de contratos temporales
Es importante mencionar que existe una diferencia entre el despido y la terminación de la relación laboral al finalizar un contrato temporal, como un contrato de obra o servicio o un contrato por circunstancias de producción. En estos casos, al producirse una nueva contratación, se produce una terminación inmediata del contrato temporal y el trabajador conserva su antigüedad original, además de tener derecho a igualar o mejorar su categoría y salario.
Es importante tener en cuenta que los contratos temporales tienen su propia normativa y limitaciones en cuanto a la contratación posterior, ya sea temporal o indefinida.
En conclusión, aunque una empresa puede despedir a un trabajador y luego volver a contratarlo, es importante tener en cuenta las condiciones y consecuencias de esta práctica. Existen posibles actuaciones fraudulentas que pueden darse en este contexto, así como diferencias entre la contratación posterior a un despido nulo y la terminación de un contrato temporal. Es fundamental conocer los derechos laborales y estar informado sobre las opciones y consecuencias en caso de despido injusto.
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